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¿Qué es la miopía? Síntomas y tratamiento

qué es la miopía

La miopía es uno de los problemas de visión más comunes en todo el mundo. Se estima que alrededor del 30% de la población mundial la padece y su prevalencia va en aumento, especialmente entre los jóvenes. 

Descubre aquí en detalle qué es la miopía, sus síntomas, y las opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué es la miopía?

La miopía, también conocida como visión corta o cortedad de vista, es una condición ocular en la que las personas tienen dificultad para ver claramente los objetos que están lejos, mientras que los objetos cercanos pueden ser vistos con claridad. 

Esta condición ocurre cuando el globo ocular es demasiado largo o la córnea tiene demasiada curvatura, lo que causa que la luz que entra en el ojo se enfoque incorrectamente.

Cómo funciona la visión normal

Para entender mejor la miopía, es útil conocer cómo funciona la visión normal. En un ojo sin problemas de refracción, la luz entra a través de la córnea y el cristalino, y se enfoca directamente en la retina, que es la capa de células sensibles a la luz en la parte posterior del ojo. La retina convierte la luz en señales eléctricas que se envían al cerebro a través del nervio óptico, donde se interpretan como imágenes.

Qué ocurre en el ojo miope

En un ojo miope, la luz que entra no se enfoca correctamente en la retina, sino que se enfoca delante de ella. Esto ocurre debido a que el globo ocular es más largo de lo normal o la curvatura de la córnea es excesiva. Como resultado, los objetos lejanos se ven borrosos, mientras que los cercanos se ven claramente.

Síntomas de la miopía

La miopía se puede manifestar de diferentes maneras, y sus síntomas pueden variar en intensidad. Los síntomas más comunes incluyen:

Visión borrosa de objetos lejanos

El síntoma más evidente de la miopía es la visión borrosa de objetos que están a cierta distancia. Las personas con miopía pueden tener dificultad para ver señales de tráfico, pizarras en el aula o la televisión a una distancia normal.

Entrecerrar los ojos para ver mejor

Las personas miopes a menudo entrecierran los ojos para tratar de ver más claramente los objetos distantes. Este gesto puede ayudar temporalmente a mejorar la nitidez de la visión, pero no es una solución a largo plazo y puede causar fatiga ocular.

Dolores de cabeza

El esfuerzo constante para enfocar los objetos lejanos puede provocar dolores de cabeza. Estos dolores suelen ser leves pero persistentes y se localizan en la frente o alrededor de los ojos.

Fatiga visual

La miopía puede causar fatiga visual, especialmente después de realizar actividades que requieren una visión prolongada de cerca, como leer, usar la computadora o ver televisión. Esta fatiga puede manifestarse como ojos cansados, picazón o ardor en los ojos.

Dificultad para ver en la oscuridad

Las personas con miopía pueden experimentar una mayor dificultad para ver en condiciones de poca luz, como al conducir de noche. Esto se debe a que la falta de luz puede acentuar la borrosidad de los objetos distantes.

Causas de la miopía

La miopía es una condición multifactorial que puede ser influenciada por diversos factores genéticos y ambientales.

Factores genéticos

La predisposición genética juega un papel importante en el desarrollo de la miopía. Si uno o ambos padres son miopes, es más probable que sus hijos también desarrollen miopía. La investigación ha identificado varios genes asociados con la miopía, lo que sugiere una fuerte influencia hereditaria.

Factores ambientales

Los factores ambientales también pueden contribuir al desarrollo de la miopía. El aumento del tiempo dedicado a actividades de cerca, como leer, escribir y usar dispositivos electrónicos, se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar miopía. Además, la falta de exposición a la luz natural durante la infancia puede ser un factor de riesgo.

Otros factores

Otros factores que pueden influir en la miopía incluyen el estrés visual, la nutrición y ciertos problemas de salud. Por ejemplo, algunas enfermedades sistémicas y trastornos oculares pueden aumentar el riesgo de desarrollar miopía.

Diagnóstico de la miopía

El diagnóstico de la miopía generalmente se realiza mediante un examen ocular completo realizado por un optometrista u oftalmólogo. Durante el examen, el profesional de la salud visual utilizará una serie de pruebas para evaluar la visión y determinar la presencia y el grado de miopía.

Examen de agudeza visual

Una de las pruebas más comunes es el examen de agudeza visual, en el que se le pide al paciente que lea una serie de letras o símbolos de diferentes tamaños desde una cierta distancia. Esto ayuda a determinar la claridad de la visión a diferentes distancias.

Refracción

La refracción es otra prueba importante en el diagnóstico de la miopía. Durante esta prueba, el profesional de la salud visual utiliza un dispositivo llamado foróptero para medir cómo la luz se dobla al pasar a través del ojo. Esto ayuda a determinar la prescripción exacta de lentes correctivos necesarios para corregir la miopía.

Examen con dilatación de pupila

En algunos casos, se puede realizar un examen con dilatación de pupila para obtener una visión más detallada del interior del ojo. Este examen permite al profesional de la salud visual examinar la retina y otras estructuras internas del ojo en busca de cualquier anormalidad.

Tratamiento de la miopía

Aunque la miopía no se puede curar, existen varias opciones de tratamiento para corregir la visión y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.

Lentes correctivos

La forma más común de tratar la miopía es mediante el uso de lentes correctivos, que incluyen gafas y lentes de contacto. Estos lentes ayudan a enfocar la luz correctamente en la retina, lo que mejora la claridad de la visión.

Gafas

Las gafas son una opción popular y conveniente para corregir la miopía. Están disponibles en una variedad de estilos y materiales, y pueden ser personalizadas según la prescripción exacta del paciente. Además, las gafas pueden ofrecer protección adicional contra los rayos UV y otros factores ambientales.

Lentillas

Los lentes de contacto son otra opción para corregir la miopía. Ofrecen un campo de visión más amplio y natural en comparación con las gafas, y son ideales para personas activas o que prefieren una apariencia sin gafas. Sin embargo, requieren un mantenimiento adecuado y cuidado higiénico para evitar infecciones oculares.

Cirugía refractiva

Para las personas que buscan una solución más permanente, la cirugía refractiva puede ser una opción. Existen varios tipos de cirugías refractivas que pueden corregir la miopía, entre ellas:

LASIK (Laser-Assisted in Situ Keratomileusis)

El LASIK es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes para corregir la miopía. Durante el procedimiento, se utiliza un láser para remodelar la córnea y mejorar la forma en que la luz se enfoca en la retina. La mayoría de las personas experimentan una mejora significativa en su visión después de la cirugía LASIK.

PRK (Queratectomía Fotorrefractiva)

La PRK es otra opción de cirugía refractiva que utiliza un láser para remodelar la superficie de la córnea. A diferencia del LASIK, la PRK no implica la creación de un colgajo corneal, lo que la convierte en una opción adecuada para personas con córneas delgadas o irregulares.

Lentes intraoculares fáquicos (LIO)

Los lentes intraoculares fáquicos son una opción quirúrgica para personas con miopía severa que no son candidatos ideales para LASIK o PRK. Estos lentes se implantan en el ojo, delante del cristalino natural, para corregir la visión. La implantación de LIO es reversible y ofrece una opción efectiva para corregir la miopía alta.

Control de la progresión de la miopía

Además de las opciones de corrección de la visión, existen enfoques para controlar la progresión de la miopía, especialmente en niños y adolescentes.

Lentes de contacto orto-k (Ortoqueratología)

La ortoqueratología, o orto-k, es un tratamiento no quirúrgico que utiliza lentes de contacto especiales para remodelar la córnea durante la noche.

Los usuarios de orto-k se quitan los lentes por la mañana y pueden ver claramente durante el día sin necesidad de gafas o lentes de contacto. Este tratamiento puede ayudar a ralentizar la progresión de la miopía en niños y adolescentes.

Gotas oftálmicas de atropina

Las gotas oftálmicas de atropina de baja concentración se han utilizado para ralentizar la progresión de la miopía en niños. Estas gotas ayudan a relajar el músculo ciliar del ojo y reducir el estrés visual, lo que puede contribuir a una menor progresión de la miopía.

Conclusión

La miopía es una condición común que puede afectar significativamente la calidad de vida si no se trata adecuadamente. Afortunadamente, existen diversas opciones de tratamiento para corregir la visión y controlar la progresión de la miopía. 

Si experimentas síntomas de miopía, es importante acudir a un profesional de la salud visual para un diagnóstico y tratamiento adecuados. 

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