Las gafas son una herramienta esencial para muchas personas que necesitan corrección visual. Sin embargo, un problema frecuente es que las gafas pueden resultar incómodas o causar dolor. Si te han apretado las gafas en la nariz, las orejas o alrededor de las sienes, sabes lo molesto que puede ser.
La buena noticia es que existen varias soluciones y ajustes para aliviar este malestar y disfrutar de unas gafas cómodas durante todo el día.
¿Por qué aprietan las gafas?
El mal ajuste de las gafas es la principal razón por la que causan incomodidad. A menudo, se debe a los siguientes factores:
1. El tamaño y la forma del armazón
Si el armazón de las gafas no está bien ajustado a la forma de tu rostro, es probable que ejerzan presión en áreas específicas, como el puente de la nariz, las sienes o detrás de las orejas. Un armazón demasiado estrecho o demasiado ajustado puede ser la causa del dolor.
2. Las almohadillas nasales mal ajustadas
Las almohadillas nasales o “pads” son las pequeñas piezas de plástico o silicona que descansan sobre el puente de la nariz. Si no están correctamente posicionadas o si son demasiado duras, pueden causar presión y dolor en esta área.
3. Lentes demasiado pesados
Las lentes pesadas o con una gran graduación pueden hacer que las gafas se deslicen hacia adelante, lo que puede generar presión en las orejas y en el puente de la nariz, causando incomodidad.
4. Las patillas demasiado ajustadas o duras
Si las patillas de las gafas (las varillas que van sobre las orejas) son demasiado ajustadas o rígidas, pueden ejercer presión sobre las orejas, lo que lleva a dolor o molestias.
Soluciones para las gafas que aprietan
Ahora que sabes por qué tus gafas pueden estar causando incomodidad, es hora de descubrir las soluciones para evitar que aprieten y mejorar tu experiencia con ellas.
1. Ajusta el puente nasal
Una de las formas más simples de aliviar la presión en la nariz es ajustar las almohadillas nasales. Estas pueden ser reajustadas por un profesional de óptica para que se adapten mejor a la forma de tu nariz, reduciendo así el dolor. Si las almohadillas son demasiado duras, también puedes considerar cambiarlas por unas de silicona más blandas.
2. Elige un armazón adecuado
Es importante elegir un armazón que se ajuste bien a la forma de tu rostro. Un armazón demasiado estrecho o demasiado amplio puede causar que las gafas se deslicen o presionen en lugares incorrectos. Si tienes dudas sobre el tamaño del armazón, un óptico te puede ayudar a encontrar la opción más cómoda para ti.
¿Cómo elegir un buen armazón?
- Asegúrate de que el centro de las lentes esté alineado con el centro de tus ojos.
- Verifica que las patillas no aprieten demasiado las orejas y que el armazón no quede demasiado cerca de la cara.
3. Aligera el peso de las lentes
Si las lentes son muy gruesas o pesadas, pueden causar incomodidad. Afortunadamente, existen materiales más ligeros, como las lentes de policarbonato o trivex, que son más livianas y resistentes. Si las lentes de tus gafas son gruesas debido a tu graduación, puedes consultar con tu óptico para obtener lentes más ligeras y delgadas.
4. Ajusta las patillas
Las patillas de las gafas son otro factor clave para asegurar un ajuste cómodo. Si las patillas son demasiado apretadas, pueden presionar las orejas y causar dolor. Puedes pedirle a tu óptico que ajuste las patillas para que no aprieten tanto o incluso opta por patillas más flexibles, que se adapten mejor a tu cabeza.
5. Usa una cinta para gafas
Si las gafas tienden a deslizarse hacia adelante, una cinta para gafas puede ser una solución útil. Estas cintas mantienen las gafas en su lugar y alivian la presión en las orejas y el puente de la nariz. Existen cintas elásticas y cómodas que pueden ayudar a distribuir el peso de las gafas de manera más uniforme.
6. Prueba gafas con materiales flexibles
Algunos armazones están hechos de materiales flexibles como el titanio o el acetato, que se ajustan de manera más cómoda al contorno de tu cabeza. Este tipo de materiales no solo son más ligeros, sino que también permiten un mayor grado de personalización, lo que significa que se ajustan mejor a la forma de tu rostro.
7. Visita a un profesional de óptica
Si después de ajustar tus gafas siguen resultando incómodas, es recomendable acudir a un profesional para un ajuste más preciso. Los ópticos pueden moldear las gafas a la medida exacta de tu rostro, asegurándose de que no haya áreas de presión. De igual manera, pueden realizar ajustes en las almohadillas nasales y las patillas para garantizar un ajuste adecuado.
Consejos adicionales para una experiencia más cómoda
Además de ajustar tus gafas, aquí tienes algunos consejos adicionales para mejorar la comodidad mientras las usas:
1. Limpia tus gafas regularmente
Las gafas sucias pueden hacer que se deslicen más fácilmente y crear más presión en ciertas áreas de la cara. Mantén las lentes limpias y libres de huellas dactilares para evitar molestias.
2. No aprietes demasiado las patillas al ajustarlas
A veces, al ajustar las gafas en casa, las personas aprietan demasiado las patillas, lo que puede aumentar la presión en las orejas. Asegúrate de que las patillas estén lo suficientemente ajustadas como para mantener las gafas en su lugar, pero no tanto como para causar incomodidad.
3. Utiliza almohadillas adicionales
Existen almohadillas de silicona que puedes pegar a las patillas de las gafas para aliviar la presión. Estas almohadillas distribuyen el peso de las gafas y reducen la incomodidad en las orejas.
Conclusión
Si tus gafas te aprietan y causan incomodidad, no tienes por qué seguir sufriendo. Asegúrate de que el ajuste de tus gafas sea el correcto, eligiendo un armazón adecuado, ajustando las almohadillas nasales y las patillas, y utilizando lentes más ligeras si es necesario.
No dudes en visitar a un profesional de óptica si necesitas ayuda para ajustar tus gafas de manera más cómoda. Con los cuidados adecuados, puedes disfrutar de unas gafas cómodas durante todo el día, sin dolor ni molestias.